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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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29-12-2012

 

 

 

 

 

 

EL VOTO PROGRAMÁTICO

SURda

 

 

Fernando Moyano


Luego de escribir una nota sobre la polémica electoral entre los compañeros Zabalza y Maiki, y leerlo una vez publicado en lugares amigos, me asaltaron las dudas de si no me cabría aquello de "no aclares que oscurece".

¿Se entendió lo que quise decir? ¿O habré agregado más confusión al tema todavía, con esa propuesta del "Partido de la Silla Vacía" ?

Ahora llega una interesante contribución de un compañero llamado Rogelio, que mete la cuchara en este debate y se refiere a su vez a los aportes que ha venido haciendo en los últimos cinco meses en la revista "Punto a Punto". Saludo su contribución y la integro.

De modo que tomo de nuevo no la pluma que ya no se usa, sino el OpenOffice, porque estamos por el software libre y no por las cosas infames de Bill Gates.


LA DEMOCRACIA DIRECTA

Cuando hablamos de NO OCUPAR LAS SILLAS PARLAMENTARIAS nos estamos refiriendo a los mecanismos de la llamada democracia representativa, en que el pueblo elije cada cinco años unos "representantes" que luego hacen lo que se les canta y no representan en absoluto a los que los eligieron.

Por ejemplo, se acaba de votar en el parlamento la prolongación de la ocupación militar de Haití. En este caso los parlamentarios del Frente Amplio tienen plena conciencia que este voto suyo contradice las resoluciones del Congreso del FA, y mucho más todavía el pensamiento de la gente de izquierda de este país, que fue la que los votó. Pero eso no les importa, se subordinan a una falsa "disciplina partidaria" es la disciplina al mandato vertical que viene del P.Ejecutivo, que a su vez negocia sus cuotas de poder posible con la cúpula militar.

No pude haber ejemplo más claro de falseamiento de la voluntad popular. En 2005 Chiffet se vio forzado a RENUNCIAR a su banca de diputado porque no quiso acatar esa disciplina, quiso seguir acatando la OTRA DISCIPLINA, la que obliga -o debería obligar- a que los "representantes" sigan el mandato de sus representados. Quiso hacer un voto de conciencia indiscutible, por la tradición histórica, por la coherencia evidente de los principios, y por las propias resoluciones orgánicas de la fuerza política.

Frente a ese panorama "nosotros", o sea ese imaginario e imaginativo "partido de la silla vacía", no somos muy afectos a sentarnos en esas sillas a representar la farsa de que representamos al pueblo, y cobrar además altos sueldos por ese trabajo decorativo en el mejor de los casos, falsificador en el peor.

Pero el voto en nuestro país no solamente se aplica para elegir esos supuestos representantes. Hay previstos mecanismos de democracia directa, y uno de ellos es la REFORMA CONSTITUCIONAL a que se refiere este compañero.
En nuestra realidad política y social el voto popular en esos casos de democracia directa TAMBIÉN está falseado. El ejemplo más evidente es el de la REFORMA DEL AGUA. Hubo un pronunciamiento rotundo en las urnas, y esa misma noche empezaron a ver como lo trampeaban. Y todavía hay empresas privadas en el rubro del agua.

Eso no quiere decir que desconozcamos la importancia del pronunciamiento directo de la gente en torno a temas políticos que le corresponde resolver.


¿EL VOTO NO SIRVE PARA NADA?

Es común escuchar que el voto no sirve para nada, y es correcto reconocer y denunciar ese falseamiento del voto popular en la democracia burguesa.

Pero tomarlo en un sentido absoluto sería como decir que *el deseo no sirve para nada*.

Por supuesto, es muy tonto tener una actitud mágica hacia el deseo , creer que las cosas se realizan solo con desearlas. Pero de una cosa podemos estar seguros: sin deseo no vamos a hacer nada.

El deseo nos permite formular una voluntad, darnos un propósito, una meta, y a partir de allí organizar nuestra actividad para lograrlo; permite valorar racionalmente cada paso de esa actividad en función del logro deseado, establece un orden racional en lo que hacemos, y nos fija un horizonte.

¿No sirve para nada?

De la misma forma es muy ingenuo creerse el cuento democrático de que lo que queremos va a ser conseguido por el voto mayoritario. Es tan tonto como como creer en la realización mágica de los deseos.

Pero ¿cómo es que se hacen las transformaciones sociales? A través de la lucha social, que tiene formas muy diversas. ¿Y cómo ocurre la lucha social? Es necesario que se forme una voluntad colectiva.

El voto (a veces, no siempre, según las circunstancias de la escena política) es una primera manifestación del deseo colectivo .

Permite (o podría permitir, si lo sabemos usar) una puesta en común, una medida del grado de desarrollo, de avance o de retraso, de la voluntad colectiva. Porque para construir una voluntad colectiva hay que ponerse de acuerdo de alguna manera, y para ponerse de acuerdo hay que poner en juego los deseos de los que tendrían que formar parte de ese colectivo, y medir cada parte.

Es Gramsci quien explica, con la agudeza de pensamiento que le es característica, que la “mayoría” en política es un resultado aparente. La política siempre es cosa de minorías. La relación numérica del voto mide -si están dadas ciertas condiciones previas- el grado de eficiencia relativa de cada minoría en hacer llegar su mensaje.

Sabemos bien que esas condiciones no son simétricas para todos, y que nuestro esfuerzo y eficiencia debe ser mucho más grande para que nuestra voz siquiera se escuche en esta democracia burguesa oligopólico-mediática.

Pero entonces ¿cómo hacemos?


EL VOTO O LA BALA.

Nosotros no nos proponemos tomar el poder ni hacer la revolución a través del voto. No vamos a suponer que una votación mayoritaria en nuestra democracia burguesa vaya a significar que esa resolución se cumpla . Por la misma razón que no suponemos que los deseos se vayan a realizar por sí mismos.

Por eso, para demostrar claramente que no nos tragamos esa pastilla, es que propuse esa locura delirante -se puede usar ese mecanismo u otro distinto para demostrar lo mismo- del “partido de la silla vacía”.

Un texto donde se puede encontrar explicado el uso político inteligente del voto en sentido revolucionario, sin creerse esos cuentos democráticos, es el discurso de Malcolm X “El voto o la bala” ,(Ballot or Bullet, “ballot” es papeleta) del año 1964.

Se encuentra fácil en Internet porque está considerado una obra maestra de oratoria y ha sido ampliamente analizado por los académicos, se puede escuchar el audio en voz nítida y dicción clara e impecable y con saber un inglés elemental alcanza, es el discurso de un hombre culto hablando en un lenguaje llano.

Es también un ejemplo brillante de estrategia y táctica política; tan brillante que antes del año lo terminan matando.

Para explicar la trampa de la falsa democracia Malcolm pone esta metáfora: Si me invitas a tu casa y no me sirves comida mientras tú comes, sentarme a la mesa no me hace un comensal . Los negros en EEUU son formalmente ciudadanos, pero de hecho están excluidos. Eso es la democracia burguesa.

Luego Malcolm usa la metáfora del guerrillero, y agrega *“porque algún día...”.

Llama a los negros norteamericanos a inscribirse en los registros electorales venciendo todos las trabas que les ponían, para hacer sentir al sistema político blanco su fuerza potencial, y porque además es una forma de autoorganización y de tomar conciencia de la propia fuerza. Al mismo tiempo es muy duro con los negros que creyeron en los Demócratas y los votaron.

Fue tu voto, tu voto estúpido, tu voto ignorante, tu voto malgastado, el que instaló en Washington D. C. una administración que ha promulgado toda clase de leyes inimaginables poniéndote en último lugar, y que además obstruye la aprobación de la ley de derechos civiles. Y tus líderes y los míos tienen la osadía de andar correteando y aplaudiendo por ahí y diciendo cuántos progresos estamos realizando, y qué buen presidente tenemos”. (Cualquier similitud...).

Ahora no quiero apartarme demasiado del eje que plantea Rogelio, que es el tema de esta nota. En otra, más adlante, quisiera volver a este discurso de Malcolm para explicar otros aspectos del problema. Pero antes de dejarlo quiero hacer una referencia a la forma en que esta planteada la discusión Maiki-Zabalza.

Malcolm en el año 1964 señala que el voto de los negros por Kennedy y los Demócratas en 1960 había sido un error. Ahora era correcto que se inscribiesen en el registro electoral, pero ¿era correcto que votasen? ¿Por los Demócratas, por los Republicanos, sacar un partido de la galera para competir con esos dos partidos?

Y poniendo el ejemplo del guerrillero (también para decirle a sus hermanos que aprendan eso “para algún día”) lo aplica metafóricamente al voto en el presente: Si no tienes blanco a la vista no desperdicies una bala, Guárdate la papeleta en el bolsillo.

Entonces Malcolm y yo -si me permiten semejante atrevimiento- un poquito lo entendemos a Zabalza . Estamos de acuerdo con Maiki en la necesidad de organizarse desde el presente para ese "algún día" y no sentarse simplemente a esperar que venga. Pero los pasos concretos, los tiros concretos, son otra cosa.

En aquellos tiempos en EEUU el movimiento negro estaba en ebullición, había todo tipo de cosas, organizaciones más moderadas y más radicales, políticas, religiosas, reformistas, armadas...

Malcolm reconoce el valor del voto pero se niega a desperdiciarlo dándoselo a un partido burgués “mejor”, o creando un partidito testimonial. En vez de ello comienza por decir: No nos pensemos a nosotros como una minoría, somos una PARTE DE LA MAYORÍA.

Traza una propuesta de unidad de acción entre todas las diferentes corrientes por un programa común, plantea la unidad entre el problema negro en EEUU y el problema de los pueblos oprimidos del Tercer Mundo, y los que luchan por otro tipo de sociedad igualitaria, abandona el planteo de un “Estado negro” y en cambio integra su lucha como una lucha por los Derechos Humanos, se ocupa de la importancia de los problemas de los barrios negros, de los comercios en esos barrios y quienes son los propietarios que lucran con el consumo de los negros, de la vivienda, de la escuela, separa la política de la religión, y usa el término afro-americano .

Por algo lo matan. Tal vez si hubiese organizado un partidito para mandar algún negro al Congreso lo hubiesen dejado tranquilo.

Volvamos al Uruguay presente. Tal vez sea cierto después de todo que no hay condiciones suficientes todavía para un determinado paso concreto .

Una cosa es que se necesite construir una organización revolucionaria, en eso estamos de acuerdo. Otra cosa es tal o cual organización concreta. Y otra cosa más diferente aun es si EL MÉTODO de construcción pasa por centrarse hoy en una opción electoral.

Mejor simple que complejo, pero mejor complejo que mal simplificado. Creo interpretar que Zabalza está hablando en términos concretos, y Maiki le contesta en términos generales.

Pero dejemos esto para más adelante. Volvamos ahora a lo que plantea Rogelio.

¿Puede ser hoy un "blanco a la vista " el voto popular por propuestas políticas concretas bajo la forma de una Reforma Constituciona l?


PARA TIRAR, MEJOR APUNTAR AL BANCO MÁS GRANDE

Trabajar en política es trabajar entre las masas, y en la coyuntura presente habrá que tomar, si queremos trabajar allí, alguna posición sobre el tema electoral.

Pero el voto, y eso es lo que señala Rogelio, no es solamente para elegir representantes.

Nuestro partido de la silla vacía prefiere usar el voto para el pronunciamiento popular DIRECTO, sin sillas de por medio.

El ejemplo de los PLEBISCITOS es más que ilustrativo.

Como ya dijimos, esa experiencia incluye el FALSEAMIENTO de la voluntad popular por el sistema político. Pero eso no invalida el uso de la herramienta, solamente la ubica en su alcance posible.

En su momento me sumé sin vacilaciones a la lucha plebiscitaria para ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD. Nunca pretendí que eso fuese a anular LA IMPUNIDAD REAL y traté de advertir eso al mismo tiempo en que trabajaba para conseguir esa anulación formal.

Y si se ganaba o perdía, por cierto era muy importante, pero no era LO MÁS IMPORTANTE.

Lo más importante es expresar el DESEO popular, e ir construyendo su VOLUNTAD COLECTIVA. Lo que hagamos después, "ballot or bullet", es otra historia. Pero sin voluntad colectiva no vamos a hacer nada.

Por eso apoyamos esta propuesta de Rogelio. Pero no dejan de haber, incluso en ella, problemas concretos.



REFORMAS SOCIALES Y REFORMAS POLÍTICAS.

Nuestra idea era un poco diferente, porque estábamos pensando más en las reivindicaciones programáticos sociales que en las formas políticas.

Creo que es fácil que nos entiendan. Un "partido" al que no le interesa ocupar sillas en el parlamento puede que no se interese mucho en cuántas sillas son, ni si están en una sala o en dos.

Pero pensándolo bien, es un error. El interés por esas formas políticas sigue estando presente en la gente. Es cierto que en algún momento crece la preferencia por el voto en blanco, pero sigue siendo una pequeña minoría incierta e inestable. Trabajo de masas es “hacia las más amplias”.

Las reformas políticas que propone Rogelio son correctas y totalmente comprensibles por la gente. Es correcto suprimir el Senado, es correcto simplificar el aparato burocrático del Estado. Es correcto democratizar más el sistema político, por ejemplo con un sistema parlamentarista en vez de uno presidencialista.

ABOLIR EL VETO PRESIDENCIAL, esa institución autoritaria y reaccionaria, que solo el bestia de Tabaré Vázquez se atrevió a usar, y de paso no dejar que la gente olvide ese hecho inaudito.

Buscar una mayor independencia del Poder Judicial y de paso ABOLIR LA JUSTICIA MILITAR.

En realidad votar por un “partido de la silla vacía” significa votar por un PROGRAMA. Dejar la silla vacía es recalcar que lo que importa es el programa.

Votar un proyecto de reforma constitucional también es votar por un programa, en forma más clara aun .

Lo que propongo ahora al respecto es integrar en ese programa puntos de reivindicación social, y no solo aspectos referidos a las formas político-democráticas, con los que también estoy de acuerdo. O sea, por ejemplo:

  • Monopolio estatal del subsuelo.

  • Obligación del Estado de prestar un servicio médico asistencial universal y gratuito.

  • Presupuesto para la educación de un 6% del PBI como mínimo.

  • En cualquier empresa privada fundida, obligación del Estado de respaldar en forma preferencial la opción de recuperación que presenten los trabajadores.

  • Desmantelamiento de las FFAA.

Estos son algunos puntos posibles. En parte han sido adelantados por la lucha popular.

Una propuesta de reforma constitucional no quiere decir que supongamos que eso se vaya a cumplir porque salga aprobado en las urnas.

Lo que quiere decir es que queremos pasar de algunos puntos separados en el tiempo y la experiencia concreta, a la formulación de un programa general.

Subsiste el problema la oportunidad concreta y el alcance popular real que pueda tener una campaña de estas, hoy. Pero nos parece preferible ESE esfuerzo antes que el pedir el voto por un partido político para llevar diputados al parlamento.

Como surge de todo lo anterior, todavía no estamos resolviendo aquí el problema de COMO se va a realizar ese programa.

Eso es así A PROPÓSITO . No damos una respuesta hoy para NO MENTIR, para no decir (aunque sea porque lo da a entender nuestro gesto) que eso se logrará por la acción de unos diputados en el parlamento.

En todo caso queremos hacer el gesto contrario, NO VA A SER POR ESE CAMINO. Dejemos que la gente se pregunte por cuál.

HOY no tenemos respuesta. La respuesta estará “algún día”.



AQUÍ Y AHORA

El problema más acuciante es que ESA BATALLA YA EMPEZÓ. La empezó la derecha.

Hay uno y tal vez dos plebiscitos en marcha, impulsados por la derecha .
Y es una verdadera vergüenza. Hemos descuidado tanto este terreno, el terreno de apelar directamente a la opinión pública y al voto ciudadano directo, que es la DERECHA la que lo está haciendo.

¿Por qué? Por la misma razón por la que deberíamos estar haciéndolo nosotros. Porque ha comprendido que la lucha política ¡ NO SE REDUCE A UNA DISPUTA DE BANCAS EN EL PARLAMENTO!!!

¿Qué vamos a hacer?

Porque es evidente que el gobierno NO SABE COMO RESOLVER el problema de la lucha contra el proyecto reaccionario de la baja de la edad de imputabilidad. Y tampoco el tema del aborto.

Y NO LOS PUEDE RESOLVER porque son problemas sociales, y hay que enfrentar a la derecha con propuestas democráticas SOCIALES. Y un gobierno CONSERVADOR como éste, no lo va a hacer. Eso es cosa nuestra, o de nadie.

¿Puede servir que tomemos la iniciativa y proponer PLEBSICITOS POR LA IZQUIERDA?

Tal vez ese sea hoy un USO POLÏTICO E INTELIGENTE DEL VOTO para una verdadera acumulación revolucionaria.

Puede ir acompañado del VOTO EN BLANCO en el tema electoral, o del VOTO A UN FRENTE ELECTORAL (en el que yo no creo, pero acepto que otros crean), o en el VOTO AL PARTIDO DE LA SILLA VACÍA si es que pudiese concretarse esa idea delirante. Si no se puede no importa.

Lo que importa es que esto implica antes que nada un ACUERDO DE UNIDAD DE ACCIÓN en torno a ese voto programático. respetando esas distintas opciones del voto electoral.

Condiciones muy favorables NO HAY y no estoy diciendo que sea simple, ni que es seguro que vayamos a lograr así trascender el plano testimonial.

Al contrario, es tal el retroceso que esta lucha empieza por una lucha defensiva ante un embate de la derecha, ante el cual estamos desamparados si esperamos medidas por parte del oficialismo.

Dejo planteado el tema, La seguimos.

 


 
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